Nr.7 Trabajo
DESPERTAR DEL LEÓN
Me siento como en aquellos años de la juventud, cuando jugábamos aquellas Libertadores en los años sesenta y en los ochenta y que si se tenia que jugar bonito se hacia con total prestancia y galanura, pero si se ponía difícil y teníamos que jugarnos la vida por nuestros colores, ¡no dábamos un paso atrás!, arremetíamos a trabuco y lanza a uñas y dientes en pos de la tan ansiada victoria y si se tenía que morder, golpear o pegarle de punta y para arriba, allí estaba nuestra gente de sangre caliente, marca de lucha y coraje "carbonero". Hoy, en nuestros largos años, vemos con ojos grandes y con nuestro corazón lleno de fervor, como la mística de nuestro Peñarol, entró en el alma de cada uno de estos muchachos de barrio, gladiadores que le ganan a las adversidades e imponen su firme e inclaudicable presencia en cualquier cancha del mundo, contra la hinchada que sea y contra el cuadro que sea, ellos no saben de temores ni de mirar atrás, ellos van y van una y otra vez en busca del honor y la alegría de su gente "carbonera", aún a costa de sus vidas. Hoy los Peñarolenses luego de largos años, estamos nuevamente al firme en el camino que en otrora supimos marcar a fuego en cada cancha del mundo y sabemos que sólo por esas cosas que tiene el destino, puede que se trunque, pero sabemos y estamos seguros de que dejamos el alma y el corazón a nuestro paso y que ahora, aquella huella de los grandes triunfos, anda de la mano de nuestra maravillosa hinchada, nuestra bella gente "carbonera", ¡la más fiel y seguidora del mundo! Niños, mujeres y ancianos, sienten y vibran, bailan y cantan, sonríen y sueñan, es nuestra gente obrera, personas de humilde vivir pero de corazón caliente y mano fraterna, así es nuestro pueblo "carbonero" Y sabemos que nuevamente estamos incrustados en la gloria, como una cuña que la madre naturaleza nos legó, para abrazar el sagrado fuego de las grandes hazañas y volver a respirar el fragante aroma que nos abrazo de la historia y que le vuelve a gritar al continente que el león despertó y que nuevamente esta erguido y rugiendo con la furia sublime que el mundo entero le reconoce.
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